miércoles, 17 de julio de 2024

La relación entre sangre, tierra, hombre y el color rojo

 


El libro de Génesis contiene los fundamentos cristianos, desde la creación.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Génesis 2:7

Acá hay, en principio, un protagonista, Dios, y una vez que sopla aliento de vida en aquel polvo manufacturado por sus manos (léase Espíritu, Ser absoluto, lo que era y es antes de que lo físico, visible, material, fuese), el hombre cobra vida y protagonismo en esa perfecta, hasta entonces, creación.

En hebreo no se usan las vocales para escribir, todas las palabras son creadas desde una raíz, de dos o tres consonantes, (usualmente). Los puntos, guiones, líneas, que se ven alrededor de las consonantes son para representar las vocales, el fin de oración.

Hebreo: raíz DM

Hombre: הָֽאָדָ֗ם  ha a dam  

Polvo de la tierra: הָ֣אֲדָמָ֔ה ha-a-damah

 

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Genesis 2:7

Sangre: דְּמֵ֣י   de-mei


Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Génesis 4:10

Rojo: הָאָדֹ֤ם  Ha dom, teñido de rojo: מְאָדָּמִ֛ים  ham·’ād·dā·mîm

 

Guiso: הָאָדֹם֙ ha adom

“dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom”. Génesis 25:30

Esaú que es Edom, אֱדֽוֹם׃ ’ĕ·ḏō·wm, tiene la misma raíz

 

Las referencias son obvias, pero veámoslas, de todas maneras. Dios forma al hombre, ha a dam , del polvo de la tierra hā·’ă·ḏā·māh,

Caín mata a Abel, y la sangre, de-mei, del mismo, clama a Dios del polvo de la tierra. Es decir, el mismo polvo de la tierra, ha-a-damah, recibe la sangre y clama a Dios. El segundo pecado del ser humano fue un asesinato, y la sangre derramada pide justicia. Justicia, sin la cual, todo es maldición, De nuevo la maldición aparece, velada, en las palabras de Dios.

El pecado está en el hombre, y este elige al pecado en lugar de a Dios. Por esa razón, a Esaú (Edom) le es quitada la primogenitura, de origen divino.

Una de la plagas que afligió a Egipto fue que las aguas se convirtieron en sangre:

Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra. Éxodo 4:9

Es decir, el agua, que significa limpieza, más adelante lavamiento de pecado, se convierte en sangre del pecado de Egipto

Y luego viene algo de lo que podemos presumir que conocemos, sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecado:

Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Hebreos 9:22

El Señor Jesús vino a derramar su sangre, puro y sin mancha, eterno, para que los que creamos en Él seamos perdonados, y salvos.

 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16

Si te ha servido para clarificar conceptos, comparte, como nosotros lo hacemos.

 

Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

  Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com

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jueves, 6 de junio de 2024

Oseas, su mujer y sus hijos


 Oseas, su mujer y sus hijos

Si interpretamos apenas el significado de los nombres en el capítulo 1, este profeta crece exponencialmente en el significado de la profecía, tanto para los cristianos, como para su Iglesia.

Oseas: En Hebreo הוֹשֵׁ֙עַ֙ significa salvación, y aparece muchas veces como nombre masculino entre los israelitas.

Beeri, su padre, en hebreo בְּאֵרִ֔י , significa mi fuente. Y era hitita.

Dios le ordena tomar una mujer fornicaria, e hijos de fornicación. Hace un paralelismo entre Israel y la mujer, una parábola indudablemente chocante.

Gomer, el nombre de la mujer, en hebreo גֹּ֖מֶר es nombre de varón en otros pasajes.

El primer hijo es Jezreel, en hebreo יִזְרְעֶ֑אל y significa “ Dios cosecha” o “Dios cosechará

El nombre "Jezreel" lleva conexiones históricas y fonéticas significativas con "Israel", reflejando una profunda interacción de sonido, simbolismo e historia. La similitud fonética es evidente en las sílabas compartidas y el ritmo vocal, fomentando una resonancia lingüística entre los dos. Históricamente, Jezreel no era solo un nombre, sino una representación de narrativas bíblicas críticas, encarnando temas de fertilidad, conflicto y retribución divina dentro de los textos bíblicos.

Jezreel, denota una llanura muy fértil ubicada en la tribu de Isacar, que repetidamente sirvió como campo de batalla en el Antiguo Testamento, como se cita en Jueces y 1 Samuel. Estas referencias subrayan su importancia estratégica y agrícola, contribuyendo a su prominencia en la historia israelita. Además, la ciudad de Jezreel, a menudo vinculada con los hechos infames de Acab y Jezabel, especialmente el asesinato de Nabot, simboliza el abuso de poder y la consiguiente justicia divina, que se retrata vívidamente en la caída violenta de la dinastía de Acab ejecutada por Jehú.

Estos episodios históricos asociados con Jezreel reflejan un microcosmos de la historia más amplia de Israel, marcada por ciclos de prosperidad, pruebas morales, fracasos e intervención divina. Así, el nombre Jezreel encapsula elementos significativos de la historia nacional de Israel: prosperidad (fertilidad), desafío moral (el asesinato de Nabot) y juicio divino (la purga de Jehú), reflejando los arcos narrativos más amplios encontrados a lo largo de la historia de Israel. Por lo tanto, la interacción entre los nombres Jezreel e Israel va más allá de la mera fonética, tocando ecos temáticos profundos que son centrales para la representación bíblica de la experiencia israelita.

El siguiente nombre es el de la hija: Lo-ruhama. Em hebreo רֻחָ֑מָה, significa “No amada” o, quizás, "no compadecida". La creciente desesperanza del profeta sobre el futuro de su país se revela en su nombre. El resto del versículo se traduce mejor como: “Porque ya no tendré piedad de la casa de Israel, como para realmente perdonarles”.

Este pasaje pinta un cuadro vívido de la nación en declive, luchando con conflictos internos, constantes levantamientos y amenazas externas. La "hija" simboliza a las personas de las diez tribus, quienes son representadas como débiles y tambaleantes.

Su monarquía está deteriorándose, plagada de conflictos civiles y cambios continuos en el liderazgo. También están bajo asedio de poderosos invasores y cargados por gobernantes opresivos. En última instancia, su destino está sellado por el juicio divino: serán completamente erradicados, sin esperanza de restauración. Esta profecía ominosa se subraya con la declaración de que serán llevados al cautiverio, para nunca regresar como un pueblo unido, ni una nación separada de Judá.

Esta descripción no solo transmite la agitación física y política, sino también la desesperación espiritual y existencial de un pueblo condenado, enfatizando la severidad de su condición y la inevitabilidad de su destino.

El siguiente nombre es el del hijo menor: Lo-ammi. Em hebreo רֻחָ֑מָה, significa “No sois mi pueblo” (Y yo no soy tu Dios”)

En este momento son “no mi pueblo”. Y así han estado realmente durante muchos siglos; a esta condición fueron condenados, cuando se entregó esta profecía. Que estos está tipificados por el niño Lo-ammi, de donde se deduce, de la aplicación de ese nombre en el versículo décimo, a los hijos de Israel en general; anque parece aplicarse al pueblo degenerado de Judá, esas amenazas no pueden estar implicados, a menos que estén tipificados en alguno, o en más, de los niños.

Pero no están tipificados en Jezreel; porque Jezreel no es objeto de ira o amenaza: ni en Lo-ruhamah; porque Lo-ruhamah tipifica el reino de las diez tribus. Es por necesidad, y por lo tanto, en Lo-ammi, aplicable a Judá.

Es en Juda donde se aplica la salvación mencionada en el versículo 10.

“Sin embargo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar” — Aunque Dios rechace a las diez tribus, Él suplirá su pérdida en el debido tiempo, trayendo grandes números de verdaderos israelitas a la iglesia, no solo de los judíos, sino también de los gentiles, y haciendo que aquellos que antes eran extraños a los pactos de la promesa, sean coherederos con los judíos, Romanos 9:25-26; 1 Pedro 2:10.

Esto debe aplicarse al Israel místico; sus números, consistentes en miríadas de conversos, tanto del Israel natural como de sus hermanos adoptivos los gentiles, será inmensamente grande.” Y en el lugar donde se dijo, No sois mi pueblo… Es decir, en Jerusalén, o al menos en Judea, donde se entregó esta profecía y donde se ejecutó la sentencia: allí, en ese mismo lugar, aquellos a quienes se les dijo, No sois mi pueblo, serán llamados los hijos del Dios viviente. Esto debe referirse, al menos principalmente, al Israel natural de la casa de Judá; porque a ellos se les dijo, No sois mi pueblo.

Y dado que serán nuevamente reconocidos como los hijos del Dios viviente, en el mismo lugar donde se pronunció y ejecutó esta sentencia, la profecía claramente promete su restauración a su propia tierra. Lo que no significa que vaya a ocurrir en la dimensión de este mundo, como pueblo separado de la Iglesia, pues es ella la que recibe a todos aquellos que “han creído en Su Nombre”, Cristo.

Si te agradó, comparte, ayuda a otros a crecer.

Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S.

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

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lunes, 9 de mayo de 2016

Noe y el calafateo

Extraido de eBiblical Teaching



HISTORIA EN UNA PALABRA

El Diluvio y el Arca son símbolos colosales de castigo a los pecadores, y la salvación de aquellos que han puesto su fe en Dios. Sin embargo, sin conocimientos del Hebreo, perderemos lo que es tan obvio en el texto original. En Hebreo, la raíz “kaf-pei-reish”, según su conjugación, puede significar "brear" (Qal) o "encubrir, expiar el pecado, y hacer expiación por" (Piel). Esta simple instrucción suena en Hebreo, casi como una declaración teológica.Así que, la historia de Noé es de redención y expiación, debido a que la palabra "expiar" que está allí desde el principio. 

jueves, 17 de octubre de 2013

Go'el el redentor


El Redentor

גָּאַל go’el
Cuando escuchamos esta palabra, enseguida pensamos en Jesucristo.
Jesús es el único Redentor de la raza humana. Nos redime para vivir más allá de la muerte. Redimidos para ser adoptados por Dios como sus hijos.
Pero esto no comienza con Jesús hecho hombre, ni en todo lo referido en el Nuevo Testamento. El concepto de redentor está plasmado en el Antiguo Testamento.
Veamos:
“Si el que presenta el animal quiere rescatarlo, deberá pagar una quinta parte más del valor calculado” Levítico 27:13
“Si alguien quiere rescatar algo del diezmo, deberá para ello añadir la quinta parte de su valor” Levítico 27:31
“Esas ciudades servirán para refugiarse del que quiera tomar venganza, pues el homicida no será condenado a muerte hasta que sea juzgado en presencia de la congregación” Números 35:12
¡Defiéndeme, y ponme a salvo! ¡Dame vida con tu palabra! Salmo 119:154
“Si la persona afectada no tiene ningún pariente al que pueda resarcirse por el daño causado, la compensación por el agravio se me entregará a mí por medio del sacerdote, además del carnero de la expiación, con el cual el sacerdote hará expiación por él”. Números 5:8
“Entonces le preguntó: «¿Quién eres?» Y ella respondió: «Soy Rut, tu sierva. Protege a esta sierva tuya bajo tu manto, porque tú eres mi pariente cercano.» Rut 3:9
“Duerme aquí esta noche; y mañana, cuando sea de día, si él te rescata, está bien; que te rescate. Pero si no te quiere rescatar, yo lo haré. Pongo al Señor como testigo. Ahora descansa, y hasta mañana.» Rut 3:13
“¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del mar profundo? ¿No eres el que hizo del fondo del mar un camino, para que por él pasaran los redimidos?”  Isaías 51:10
“Porque el Señor ha redimido a Jacob; lo ha redimido del poder del que era más fuerte que él”  Jeremías 31:11
Por lo tanto, diles a los hijos de Israel: “Yo soy EL SEÑOR. Yo los voy a librar de los trabajos pesados en Egipto. Voy a liberarlos de su esclavitud. Con brazo extendido y con grandes juicios les daré libertad. Números 6:6
Como vemos, la idea de redimir, y el agente (redentor), está fuertemente fijado en el pensamiento hebreo, plasmado en el Antiguo Testamento.
Así el go’el es: redentor, redimir, actuar como un pariente que rescata, vengador, hacedor de la parte que corresponde al pariente, por derecho o por obligación.
Es el alma de la ley cuando ordena a un hermano casarse con la viuda del hermano muerto para que tenga un hijo que llevará el nombre del fallecido.
Es rescatar de la esclavitud, pagando el precio. Es redimir, comprar la tierra de un pariente para salvarla de ser enajenada a extraños.Y uno de los pasajes más conocidos es el de Job 19:25
  
 יגֹּ֣אֲלִ  ייָ֭דַעְתִּ וַאֲנִ֣י  


                 

    
“Yo sé que  mi Redentor vive, y que al final se levantará del polvo.

Job supo en su ser interior, en las profundidades de su alma que había alguien que habría de levantarse para quitarle de encima todas las cargas, todas las angustias, para librarlo de la terrible situación en la que se encontraba, consecuencia del simple hecho de vivir en “este mundo”, como lo llama el Apóstol Juan.
Volviendo a Jesucristo, su sacrificio vicario redime a los que en Él creen. Es lo que expresa el famoso versículo de Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna”
Pero ¿Cuál es la relación de parentesco entre Jesús y nosotros?
Acá está:
“Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Juan 1:12
Sigamos aprendiendo juntos

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Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez